sábado, 9 de enero de 2016

El Fútbol y sus aledaños (186) - ¿Por qué no ahora Zidane?



El Fútbol y sus aledaños (186) - ¿Por qué no ahora Zidane?

¿Por qué no ahora Zidane? Esa es mi pregunta, la que intento contestar. Se ha insistido mucho entre el madrismo de que se corre el riesgo de quemarlo de forma prematura, que Zinedine Zidane es un proyecto a largo plazo, una opción de futuro, una de las pocas posibilidades que nos quedanb de poder crear una entidad para el equipo en torno a una figura emblemática, como hizo el Barça en torno a Josep Guardiola o el Manchester en torno a Alex Ferguson. Hay otros ejemplos menos atrctivos y que erizarían la piel del cogote a más de un madridista, como el de Arsène Wenger, el general manager del Arsenal, pero creo que se entiende la idea. Es más, el Real Madrid la lleva filtrando como porpia hace años a través de sus medios de comunicación afines, por ejemplo, a través del universo pedrerólico. Sería además una idea personal de Florentino Pérez en su faceta de gurú del madridismo. A él corresponde el copyright. Él en persona habría forzado al francés a sacarse el título de entrenador primero y presionado después, venciendo cierta pereza existencial en el francés, para que se hiciera con las riendas del Castilla. Así nos lo han vendido. Hay mucha labor de tutelaje, nos dicen, en la relación personal entre el futbolista y el directivo, una labor de padrinazgo voceada a los cuatro vientos. Incluso habría sido la alternativa prioritaria para el presidente, según algunos medios, a la hora de buscar un inquilino para el banquillo tras la destitución de Ancelotti. Zidane es el futuro que nos marca la flecha del tiempo, estamos avocados a él. Y con gozo, diría más de uno, por ejemplo, yo, porque Zizou es el material con el que están fabricados los sueños, parafraseando a Sam Spade en el "Halcón maltés". El francés encarna como nadie esa cualidad que hace tan peligroso al Real Madrid, incluso cuando parece muerto: La ilusión, cualiodad, energía anímica, que tan hábilmente sabe concitar y dirigir Florentino Pérez. No hay descalabro suficiente duro o doloroso que no permita que la confianza del Real Madrid en sí mismo se perpetúe. Es muestro particular opasis donde poder abrevar cuando cruzamos el desierto, auqnue a vecs nos lleve 32 años. Para soñar con la Undécima basta con recordar como se logró la Novena, quien nos la trajo. ¡Anda, si fue Zidane, y lo teníamos ahí mismo, en el staff técnico y aún por estrenar! Basta con quitarle la lámina transparente de plástico protectora, como a los móviles recién comprados, para que brille nuevecito entre nuestras manos. Pienso que quienes temen que pueda ser una solución precipitada, prematura, que quede abortada pro al realidad, que darle las riendas del equipo ahora pueda ser gastar un cartucho disparando el aire, es porque en realidad tienen dudas acerca de la capcidad del francés, temen despertarse del sueño en mitad de la madrugada. Y puede que no les falte algo de razón. Quien sabe. A priori ndie. Al héroe de la Séptima, Mijatovic, se lo desayuno Ramón Calderón en una campaña de marketing por la presidencia. Truco publicitario como lo es ahora la opción Zidane, no nos engañemos. El marsellés es el último tren para Gun Hill para don Florentino, y no hay que descartar que tenga que batirse con el revolver en la estación para poder tomarlo. Ya no le queda nada más. O Zidane o el caos, y ni siquiera estamos seguros de que convocar elecciones sirva para algo, ya que Florentino Pérez ha sido muy eficiente escardando las posibles alternativas a su persona como se escarda la mala hierba en su particular jardín del edén.

¿Y si quemamos a Zidane qué? Eso sigo yo. ¿No repetimos constantemente que nadie está por encima del club? ¿Ni siquiera Mourinho o Zidane, o con ellos hacemos excepción? Sin embargo, discrepo en que sea tan factible esa posibilidad. Los medio afines al club, que son bastantes más de los que nos quiere hacer creer la versión oficial, ya se ha encargado de personalizar el fracaso única y exclusivamente en Rafael Benítez. Seguimos en la portada de la revista Forbes, vivitos y tintineando monedas. No hay novedad en el frente en loq eua  lo institucional se refiere. Si la solución nos saliera rana y el club no quedara enbarazado con ningún título, no veo que sea tan difícil que Zizou pueda sobrevivir al chasco. los cadáveres ya se lso ha llevado el río. Pero, seamos sinceros, lo que de verdad preocupa a una mayoría es que Zidane no vaya a saber manejar el vestuario. La imagen que proyecta el francés es la de alguien exquisitamente educado en el trato y comedido en sus reacciones, cabezazos aparte. ¿Es el ego de Zidane más fuerte que el de los actuales pesos pesados del vestuario blanco? Esa es la pregunta que nos formulamos todos. Pues, bien, en mi opinión este es un momento tan bueno como cualquier otro para averiguarlo. Imagino que la forma en la que se foguean los entrenadores de fútbol, por ejemplo en Valdebebas, comenzando su labor entrenando a los más chicos y siendo promocionados de forma escalonada a la dirección de plantillas progresivamente más veteranas, tiene que ver con todo esto. Con Zidane se empezó por el final, dándole las riendas del equipo filial en 2ª B, así que o bien nos esperamos a que complete el ciclo que ha obviado dentro de una década o nos contentamos con su actual preparación y experiencia para la gestión de egos. Por otro lado, no me imagino a los actuales jugdores de al plantilla por la labor de pifiar la gran esperanza blanca, aunque quizá aquí sea yo en ingenuo. Dice uno de los ayudantes de Benítez que algunos jugadores se reían en su cara cuando les hablaba. Si la doctrina oficial es cierta, si como se han cansado de repetir, Zidane era el encargado de las relaciones con los jugadores en la era Ancelotti, es un mal improbable, pero yo hace tiempo, no sé los demás, que no me fío de nada de lo que oígo o leo.

Pero, ¿había otras alternativas? Cabía por upuesto la posibilidad de dar por amortizaba la temporada, que en un tercio ya carece de objetivos por la ridícula gestión que ha realizado la directiva del caso Cherishev, y en otro tercio empieza a torcerse sin muchas posibilidad de de enmienda tras los cada vez más frecuentes tropiezos del equipo en la liga. Es el momento de optar por una solución ganadora, por propiciar una catarsis, o por dar por concluido el año en curso. Y viniendo de un año en blanco, es decir, un año azulgrana, la alternativa era clara si no se quería que el objetivo no explícito de Primavera Blanca se convirtiese en realidad y, además, en provecho de terceros, no de los creadores de la estrategia. Urgía sacar un conejo de la chistera y el más evidente estaba bien a mano. Pensar en Mourinho era en realidad no pensar, decidir con los hígados y no con las mientes. En algunas cabezas cabrá como gozosa revancha su vuelta, para ajustar cuantas con el inmediato pasado, para poder defenestrar al fin a quienes no se tolera vestidos de blanco, sea cual sea su curriculum o su presente, porque no todos los odiados están en claro declive deportivo o son improductivos para el equipo. No doy ejemplos por no enredarme en discusiones de detalles. La vuelta de Mou la juzgo como una broma pesada, tal vez propalada por el propio Florentino, que a veces chiquetea como todos. Vaya usted a saber de quien fue la idea, pero me barrunto que el propio presidente es quien quiere más lejos al portugués, porque hizo de sus relaciones con la prensa un auténtico calvario. Tras su destitución solo siguieron oponiéndose al dominio del imperio florentiniano la irreductible aldea gala del Grupo PRISA, con su bardo Alfredo Relaño a la cabeza. Pero bien sabemos que al AS nunca le invitan a los banquetes de soplos y promociones. Hace años que no cata jabalí estofado en la abundante y bien servida mesa del Real madrid, en la que tantos solventan sus ayunos de notoriedad o dineros. Mourinho habría sido incidir en la fractura que tan evidente es ya entre al afición madridista y, sobre todo, desactivar los pocos o muchos activos con los que aun se cuenta en el equipo. Salvo con Arbeloa, que no es precisamente un titular, Mourinho ya quemó hace tiempos sus naves por lo que respecta a la plantilla madridista. Habría que confeccionarle otra nueva, y a mitad de temporada se antoja disparate. Aparte de que esa hipotética limpia cuesta creerla tras las recientes renovaciones de Pepe, Ramos y algún otro.

Porque esa es otra especie. Se ha dicho, sin demasiada convicción, me parece a mí, que Rafa Benítez venía a imponer disciplina, cuando no a hacer limpia en el vestuario. Y lo cierto es que lo segundo se veía difícil tras las últimas renovaciones, como ya he dicho, y lo primero ha demostrado ser falso de toda falsedad cuando hemos visto que algunos pesos pesados han jugado casi por Real Decreto. El peor Bale desde su llegada al Real Madrid, el menos implicado en el juego y el menos comprometido con el esfuerzo del equipo, ha sido titular indiscutible siempre que las lesiones le han respetado, que tampoco ha sido muy a menudo. Benítez lo ha preferido siempre a otros, incluso tras salir de una etapa prolongada de inactividad. Tres cuartos de los mismo con CR7. Incluso peor, porque ha jugados todos los minutos posibles para que pudiera afrontar sus records de goles. Benítez se ha cuidado mucho de mimar a las estrellas al margen de su rendimiento y de pegarse de bofetadas con los "segundones", y entiéndaseme la expresión, como Isco o Jesé. Con el único que ha obrado con rectitud para a mi ha sido con JJJames, cuya baja forma es evidente, aunque a algunos les haya costado darse por aludidos. Si en la T4 se quería romper relaciones con los jugadores, declararles guerra abierta, acertaron con Benítez, que no digo que sea mal entrendor, no lo digo simplemente porque yo no sé distinguir uno bueno de uno malo, mi ignorancia en esta materia es supina, solo afirmo que no hay club por el que haya pasado en el que se le tenga un buen recuerdo. Y casi ni lo digo como crítica. Me siento identificado con él en la dificultad para relacionarse con sus demejantes. Del Valencia salió casi a patadas, sin que le pudieran ni ver los respectivos inquilinos ni en el vestuario ni en la sala de prensa. tanto periodistas como jugadores decían pestes de él. Y eso tras regalarle al club Ché la mejor etapa de su historia deportiva. Como a mí, a Benítez le falta inteligencia social. A mi lo que ha terminado ocurriendo no me sorprende en absoluto. Y, en todo caso, si fuera verdad que venía a reconfeccionar la plantilla, ¿porque no encargarle esa labor a quien decimos que será quien rija los destinos del Real Madrid en el futuro?

Una vez respondida la pregunta que suscita este escrito, vamos a suponer que de forma medianamente aceptable, la pregunta que nos hacemos a continuación es ¿por qué no Zidane desde principio de temporada? Alguien más listo que yo tendrá que responder a esto. Supongo que Zidane sonaba muy parecido a Ancelotti, de quien en realidad era su mano derecha. Habría sido como reconocer que el fracaso del año pasado tenía otros culpables además de en el banquillo y en el vstuario, porque se le ha encargado a la prensa afin de que despelleje a los jugadores al tiempo que se les renovaba. Que alguien me explique este sinsentido: Mientras se dialogaba con Ramos para ampliar su contrato se nos hacía saber lo pesetero que es y lo fastidioso que es su hermano. Nada nuevo bajo el sol. El universo pedrerólico ya se había encargado de destuir la reputación personal de otros jugadores antes que acababan contrato o iban a ser traspasados: Snejder, Higuain, Di María, Özil, Xabi Alonso. Lo acadabrante es que la de Ramos se ha destrozado su imagen para luego renovarle. Que alguien me ate esta mosca por una pata con un lazo. A dos horas escasas del debut de Zidane siento que se renueva mi ilusión. La esperanza en mi Real Madrid es un manantial con caudal inagotable. Y si Zizou cae en el olvido ya tendrá quien le vengue en nuestros corazones. Así somos los madridistas, no sé si heroícos o masocas. Últimamente lo segundo.

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