viernes, 27 de febrero de 2015

Era la vida...

Era la vida,
las manos en lso bolsillos, ¿recuerdas?
Todo te lo ecía entonces, era la vida tan solo,
la luna, un mes de septiembre, el arco del mediodía,
el agua, un eninar y su fronda, tu sombra,
un fundirse la roca y la hiedra.

Era la vida,
la que tu guardabas celoso de perderla
y decías que era también poesía, que no era nada.
Pero era la vida,
el mar, una rodada en el asfalto, el cielo,
un juguete roto, el as de pique, la carta más alta,
un viajar pequeño en un caballito de feria.

Era la vida,
un autobús en la noche de vuelta a casa
y tus ojos se llenaban de espejos,
de aceras vacías, de aquellas cartas que nunca leyeras .
Era la vida, falsa o verdadera,
la lluvia, la era de acuario, un corazón jornalero,
un sol subjetivo, el fracaso, un tiempo de ocaso,
un día menos en un año cualquiera.

Era la vida, tan absurda, tan poca,
que incluso daba lo mismo ganar o perder,
sentir su amor indeciso,
jugarse el resto a una sola partida
o callarse ya paar siempre hasta al última huella.

14 de agosto de 1985

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