viernes, 17 de mayo de 2013

El Fútbol y sus aledaños (130) - Curro Romero

Curro Romero

Tantas cosas por escribir y me veo forzado a hablar de este episodio tan enojoso, al menos para mí lo es, y mucho. Tengo poquitas fuerzas y lo atropellado de la actualidad, la futbolística y la mía personal, me impide organizar una intendencia efectiva que optimice los pocos recursos disponibles. Para mi es una cuestión anímica, de sentimientos, así que imagino que mis argumentos parecerán escasos y endebles, porque unos no serán siquiera advertidos como tales y otros parecerán fuera de contexto o de tono. Pero también es verdad que esta emotividad herida es la que me obliga a escribir, así que tengo que ser consecuente. Ayer leí en Twitter que había rueda de prensa. Ando un poco despegado de la final de Copa, lo mismo ni la veo, así que no estaba al tanto de las etapas del protocolo. Pero la idea de oir a Mou me pareció irresistible. No creo que haya nadie que tenga más ganas que yo de que siga en el Real Madrid porque, insisto, para mi es también una cuestión de sentimientos, no solo de contabilidad de trofeos y política empresarial. Para mi el Real Madrid es una asunto que lleva el departamento de emociones, yo creía que era para todos, pero debo ser un nenaza. En asuntos específicos, los más trascendentes, los aspectos anímicos relegan a los matemáticos y los políticos. Yo no recuerdo haber valuado nunca si el sueldo que traía mi padre a casa era o no suficiente, supongo que se lo hemos de achacar a mi educación.

El caso es que ayer no estaba muy centrado -Bueno, tampoco hoy, así que pido perdón por mi falta de claridad expositiva-. De repente dio la impresión de que el reloj se plantaba en dos zancadas en las 8 de la tarde, y cuando reparé en ello, unos minutos después de la hora en punto solicité en Twitter un link para oir la rueda de prensa. Me apetecía, ¿cuántas veces en esta travesía del desierto la palabra de Mou se ha convertido en el maná para nuestro sustento emocional. La pequeña Sue y un segundo tuitero, atendieron a mi reclamo. Lo cierto es que @SukaStereo está aún por fallarme por primera vez. Es una de esas personas que Dios te pone en el camino para hacerte más liviano el recorrido de los trechos amargos o permitirte disfrutar con más intensidad los provechosos. Sigan mi consejo: Pongan guatemaltecas en su TL sin falta, porque @patyrios ofrece casi las mismas prestaciones y lo mismo la coincidencia de la nacionalidad es significativa y lo explica mejor que otras hipótesis más imaginativas. Además, la una sin la otra a la larga se convierte en un imposible.

Pero el caso es que volví a distraerme en mis cosas, y no fue hasta la hora de cenar, delante del televisor, cuando me volví a acordar de la dichosa rueda de prensa. Me entero con estupor, no sé si decir que con temblores también, que Mou ha decidido desertar de la rueda de prensa, dar plantón a los medios y a la organización del Torneo y dejar la faena de lidiar al toro a otro, que esta vez no era siquiera su subalterno, Karanka, sino el mozo de espadas, Sergio Ramos. Y claro está, como la ocasión la pintaban calva, el presentador de A3 se despachó a gusto. Según él Mou "es el primer entrenador que desaira la COPA. Que le hace un feo". Y podremos discutir si es efectivamente el primer protagonista del torneo que lo hace o es el enésimo -Bueno, eso ni siquiera, porque después de dos finales con aquelarre independentista incluido, está claro que el primero no es-, pero tampoco se puede discutir que sea desaire. Porque lo grave no está en el hecho en sí sino en las propias formas y en su gratuidad. Que no quieres ir, pues mandas a Karanka y lo anuncias con la antelación suficiente, que como buen vasco es persona seria y solvente, y hasta sirve de desagravio de algunos malos tragos del pasado, no sé si s me entiende. Y si no vas, te colocas ante el toro, al que estás harto de darle muletazos, al que te sabes de memoria, al que lo tienes casi amaestrado, al que sacas de delante de las tablas, donde tan peligroso es por ser animal cobarde y te lo llevas a los medios casi sin esfuerzo cuando te conviene, y una vez allí, te plantas sobre el alvero y en su propio morro rematas al bicho como quieras, incluso con un estruendoso silencio. Porque no es la prensa quin importa, señores, somos nosotros, la afición, y el trofeo, quienes importamos. Importan las formas, más si cabe después de rajar largo y tendido, en profundidad,  de quienes no las guardaron años atrás. La "espantá" de Mou será pecata minuta comparado con los insultos a la Corona. Pero el Bernabeu tampoco es La Mestranza ni Mou Curro Romero. Gracias a Dios. Y el feo a la Corona, chico o grande también me importa. Por que el rey, es decir, La Corona, da su patrocinio al trofeo, y el feo a este último lo es a la institución que, lo siento, me importa porque mi padre fue uno de los últimos monárquicos de verdad hubo en España. Los donjuanistas fueron la última y exigua manada de monárquicos en estos predios. Ya digo que todo esto atañe a mis sentimientos más que a ningún otro ámbito de mi persona.

Estaba dentro de las atribuciones de Mou haber contestado con monosílabos, con desdén, con ironía, con "cachetada, patada en el orto, cachetada y collejada", como dirían las hormigas del programa de Pablo Motos, como le hubiera dado la gana, desligando sus respuestas de las preguntas si ese hubiera sido su capricho. Porque ayer el significado de la rueda d prensa era distinto del habitual. El de hoy es su último partido oficial con el Real Madrid. El último que importa, el último que ha movilizará a la masa social. Quedan las cuatro jornadas de una Liga ya decidida, los bolos intrascendentes que solo han de servir para anticipar los que habrán de venir en el verano. Ayer era el momento propicio para que hubiera pronunciado unas palabritas dirigidas a la afición. Empieza a germinar la idea de que él mismo semilló en la eliminatoria contra el Manchester, de que el Real Madrid y el Madridismo no le importamos una higa. Y sé que hay quien lo justifica. Que si el Piperío, y su opacidad si se compara con los cánticos en Old Trafford o el muro amarillo del Dortmund, que si la topera del vestuario, que si el presidente pusilánime, que si el acoso y derribo de la prensa afín. Ya lo sé, me se de memoria las excusas más se compran por estos pagos. Algunas las he intentado comercializar hasta  yo. Pero ya reconocí al inicio de estas líneas que para mí no es una cuestión de argumentos sino de sentimiento. Yo también quiero que el Madridismo reciba de Mou los cariños que recibió la hinchada de los Diablos Rojos. Nos los merecemos. Yo al menos creo merecerlos, y conozco a mucha gente que también. ¿A qué viene este desdén? Pensé, iluso de mí, hasta lo dejé reflejado por escrito, que Mou, en contra de lo que dice La Cruzada, es madridista, es hermano de fe. Y hasta me atreví a dar la fecha y la hora de su bautismo: la tanda de penaltis en la semifinal de la Champions del año pasado. Quien no se emocionó con la rueda d prensa posterior. "Quien no lo hiciera que hable ahora, pues a él habré ofendido", como diría Cayo Bruto en mi situación si tuviera que escribir estas líneas. Tras aquella tarde aciaga muchos nos quedamos con la sensación de que habíamos ganado algo muy grande y valioso a cambio de renunciar a la Décima. Si critico a Mou ahora, no es porque lo ame menos, sino porque amo más al madridismo, en el que creí hasta hace poco que el procesaba.

Este Mou de hoy no se parece nada al del año pasado, menos aun al de hace dos años. Se nos dijo y se insitió en ello, hasta el punto de que el mensaje caló que su conflicto con La prensa era algo planeado. Que el dominaba la situación, que la forzaba, que comenzaba a disputar los partidos en la sala de prensa. Que era un gran estratega y dominaba hasta el último detalle, la propaganda también, los mensajes a rivales, prensa y afición. A mi siempre me pareció un disparate esta teoría, ¿pero yo qué sabré? Este año estoy descubriendo que prácticamente nada. A mi Mou siempre me pareció un tipo con una enorme personalidad en el que además dominan los sentimientos, lo emotivo sobre las ideas, un hombre de convicciones, con un código -lo que algunos denominan con el melifluo término de valores- y una voluntad lo suficientemente fuerte como para aplicarlo en su vida diaria-. Creo que la verdad, la sinceridad es una de las primeras metas de ese código. Sus trifulcas a propósito de Diego León, o Casillas ahora, no obedecen a una estrategia deportiva más o menos pensada -la estrategia está en apartarlos de la titularidad no en la forma de gestionar la decisión con la opinión pública-, solo a la repulsa que siente por la mentira. Pocas cosas había dicho Mou hasta ahora que no estuvieran respaldadas por la lógica y la sinceridad al mismo tiempo, a pesar de su acritud a veces, como cuando mando recado a Toril de lo que creía que estaba haciendo mal en una rueda de prensa, en Vigo creo recordar.  No son las formas sino el fondo lo que importa cuando hay corazón, y Mou lo tiene. Además de un código que hasta ahora ha cumplido, aunque haya tanto hipócrita sin ética que le acuse de ir en contra de los "valores" del Real Madrid -que debe ser la cotización en Bolsa de las acciones d los socios... Ah, que el Real Madrid no cotiza en Bolsa. Pues ni idea entonces de qué es eso-. Me decía ayer alguna gente en Twitter que es que está harto del circo que tiene montado la Prensa. No, a ver, circo efectivamente hay, y los payasos los pone la profesión periodística, pero la carpa la alzó Mou a pulso nada más iniciarse la primera rueda de prensa, y tampoco es que se lo reproche. Puso en mitad de la pista a lo más granado de la profesión, y no solo nos divirtió con el espectáculo sino que nos ilustró, nos hizo ver las miserías del gremio. No seamos ventajistas, el empresario y el jefe de pista del circo mediático ha sido siempre Mourinho, y olé por él. Pero ayer rehusó salir a pista a dirigir la función y parte del público se sintió defraudado. Yo al menos sí.

La Pequeña Sue, que a menudo es mi sustento espiritual en cuestiones de Fútbol. Mi ración K cuando andamos de maniobra, movilizados y toca hacer vivac para pasar el mal trago de la noche, dormir a la intemperie, sin techo, siquiera de lona que nos proteja, dice que no descarte que las palabras que espero o las diga tras el partido. Y tiene razón, hago mal en descartar esta opción, aunque, seamos sinceros, ninguno de nosotros lo esperamos. El circo no lo van a desmontar, seguirá en la sala de prensa la carpa. Así que lo mismo que al parecer l disculpa de lo de ayer hace poco probable esta posible opción. Yo es que he rebajado tanto mis expectativas que ya no pido acierto en las propuestas, solo que sean lógicas y consecuentes. Aunque le agradezco a la Pequeña Sue el error, porque lo cometió porque me vio triste y quiso remediarlo. También me dijeron que la despedida llegará cuando tenga la reunión con Florentino que decida su futuro. Esto ya tiene más lógica, pero lo de ayer da muchas pistas de cual será esa decisión y, a ver si nos entendemos, es lo que me preocupa. Me quitará la razón este argumento, pero incrementa mi desazón. Ya sé cómo funciona esto: Mou es perfecto en todo lo que hace y sus límite los marcan los defectos de quienes le rodean. Pepe, después de que hemos estado dos años tratando de santificarlo ha sido condenado a los fuegos del Infierno por unas palabra que a mí hasta me parecen acertadas. De esas que diría Mou y serían aplaudidas unánimemente con las orejas. CR7 parece también haberse desligado de Mou y poner en entredicho su futuro en l Real Madrid, lo que a su vez pone en entredicho otra proclama de la causa: que sólo Mou vela por el futuro del Real Madrid. Y no estoy seguro de cual es más necesario en el Real Madrid del año que viene y los siguientes, si Mourinho o Ronaldo. ¿Lo dejamos en empate?, ¿en que ambos lo son? Entonces si Mou velara por el Madrid trataría de solventar ese desencuentro. Cuantos no habrá despachado con su tremenda humanidad a lo largo de su carrera deportiva. Pero no, solo Mou tiene visión de futuro. Esto funciona así Florentino nos salvo de la ruina económica, convirtió un estadio vetusto en uno de los mejores del mundo, y aun lo volverá  mejorar, volvió cuando la ruina no era solo económica sino deportiva, creo esa maravilla que es Valdebebas, pero solo se le elogia si insulta a un culé, algo que me hizo gracia, pero no es re recibo, impropia además de su educación, sobre todo si tanto se insiste en que no hay que insultar en Twitter para demostrar a quien le interese que el madridismo tuitero ha dejado de verse dominado por la esoria yihadista, como un servidor.

Est visto que me falta glamour y me sobran sentimientos. Mira, como a Mou. Pues es lo que hay, pero yo estoy atacado y cada día rezo con más insistencia para que acabe d una vez la temporada. Que mal hablar de esto el día mismo del partido de la final de Copa. Pues es cierto. No había caído en ese argumento, se me escapa vivo del artículo. Porque el daño hay que ponérselo también en el debe de Mou.

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