domingo, 24 de febrero de 2013

El Fútbol y sus aledaños (106) - Fnac


Monchu: Sigo sus charlas y nunca había preguntado. pero hoy tenemos una urgencia. Hay un tal JM Rodriguez, tertuliano del estercolero deportivo que es la Tv de madrugada y palmero de Mou que dice que le vio en la FNAC y que la próxima le llamará nazi porque sale gratis. No tendrá pelotas, tiene pinta de cobardica pero si sucede le dará duro? o se ha hecho pacifista? Saludos, eres un crack.

Carlos Boyero: No me imagino a un admirador de Mourinho buscando culturizarse en la Fnac. Puede ocurrir que le parta la nariz de un cabezazo o que me rompa él la mía. En cualquier caso, preferiría que ese descerebrado me ignorara si nos encontramos en la calle. Aunque puede que fuera divertido. La mayoría de la gente que se me acerca es educada y encantadora. Para cambiar, no estaría mal conocer a algún engendro.

David F. Sanchidrián
as.com - 03/08/2011 - 19:45

El presidente del Santos, Luis Alvaro de Oliveira Ribeiro, aprovecha bien cada oportunidad que tiene para hablar con los medios de comunicación. Ya no carga sólo contra el Madrid, por el supuesto acoso que mantiene contra Neymar. Ahora mete de lleno a la prensa española por un artículo publicado en el que se decía que "Neymar no sabe lo que es el Real Madrid. "Es una gran demostración de arrogancia. Ellos sí que no saben lo que es el Santos. Nosotros jugamos el Mundialito de Clubes. También está el Barcelona, el gran rival. Ellos (por un sector de la prensa española) hablan como si el Real Madrid fuese de otro mundo, de otra galaxia, y Brasil fuera apenas un satélite", expresó el mandatario. Sus criticas no acabaron ahí y 'dio una lección de historia y economía'. "Los españoles se creen que sigue en pie el Tratado de Tordesillas (tratado firmado en 1492 entre España y Portugal para repartir las zonas conquistadas), cuando Sudamérica era sólo una gran colonia repartida por los dos países ibéricos. Y no se dan cuenta de que nuestra economía es mucho más fuerte que la de ellos. España está en crisis y Brasil no".

Aun así, Luis Alvaro de Oliveira Ribeiro dice que la prensa española no hará cambiar en su relación con el Real Madrid: "La opinión de un periodista no interfiere en la relación del Santos con la institución del Madrid.


Fnac
(Articulo escrito con la ayuda de @DiosaMaracana)
(Artículo editado originalmente en el Blog: El Minuto 7)

Peliagudo el tema del fútbol y la intelectualidad. ¿Es inmiscible el fútbol con la inteligencia? ¿Tiende a flotar la segunda por encima del primero, como cuando se trata de mezclar aceite con agua? ¿Se puede eludir el ser un botarate si eres aficionado al fútbol? ¿Me es atractivo este deporte por la estrechez de mi frente? Tantas preguntas, y tan poca inteligencia para afrontarlas, me dicen. El testimonio de Sánchez Dragó, el tipo que seguramente más libros ha leído en la historia de la humanidad, me induce a ser pesimista. Reconoce aborrecer este deporte que a nosotros nos priva, que fue aficionado en sus años mozos, pero que hoy vive feliz en la absoluta ignorancia de la España balonpédica. Javier Marías podría ser un punto de apoyo en la esperanza. Gran madridista, aunque abonado a las tesis de Carlos Boyero, me temo. -"¿Lo dejamos en mediano entonces?". "Venga"-.

Y cito a estos dos escritores sólo por dar dos ejemplos entre los muchos posibles, uno a favor del testimonio de la inteligencia en el fútbol y el otro en contra. Aunque para mí, el debate no tiene color. Todo lo más blanco inmaculado, que no empaña el discernimiento: Valdano, Guardiola, Lionel Messi, ¿cuánto no habrá avanzado la filosofía, la ética, la cosmología -la ciencia que sirve para hacer horóscopos no, la otra-, las matemáticas, y muchas otras ramas del saber gracias a sus esfuerzos por trascender lo esférico en el ámbito del fútbol de estas tres grandes personalidades? Una jugada del argentino - el que está en activo, el que no han nacionalizado aun y no le toca por tanto aun ser xenófobo-, el desplazamiento del balón a sus pies, es como la representación gráfica de un teorema de Poincaré, con sus campos de flujos. Pep Guardiola, que nos hizo comprender el mundo del fútbol y sus misterios, nuestra ubicación en el orden del Cosmos, y de paso la del fútbol en nuestra vida y en la casuística del Universo, con sólo unas cuantas ruedas de prensa susurradas, que algunas parecían conferencias de Stephen Hawking, el "puto amo" de los agujeros negros. Y, ¿qué decir de Valdano? En el principio sólo era el verbo, porque lo que es rematar lo hacía siempre con la espinilla. Luego, cuando se retiró afloró a la superficie su discurso. De alquiler, pero bien palabreado. Retórica como la de Demóstenes, pero sin titubeos, sin necesidad de tener piedras en la boca para que la dicción sea firme y tenga ritmo. Todo lo más de buenos amos que tiren de la lengua si ésta se enreda y que señalen el rumbo.

Son muchas las pruebas que indican que inteligencia y fútbol son compatibles; incluso que habiendo argentinos, el segundo estimule a la primera... Ya, vale, seré más preciso: Al menos en un 50% de los casos. Que si el Mono Burgos lo mismo te analiza un partido que se marca un guitarreo, al "Rifle" Pandiani no le saques del tema de los camiones y los trailers gigantes. Pero, claro, es que es uruguayo, y ya me decía una amiga de aquel país, pero que se fingía porteña, que ser uruguayo es la forma menos elegante de ser argentino. Y si los hombres nos podríamos bastar solos, aunque a duras penas pero es un hecho, lo cierto es que nos llegan refuerzos. La muchachada actual tiene suerte sin saberlo. Sus novias a menudo son también aficionadas. En mi época estaba perfectamente especificado, como obligación, tanto en el manual de la perfecta casada como el de la feminista militante, que la mujer debía odiar el fútbol con todas sus fuerzas y perseguir a sus seguidores hasta el confín de la casa donde estuviera el televisor. Sobre todo a nosotros. Aunque hablo más por lo que vi que le ocurría a otros que por experiencia propia, porque no se me daban bien los escarceos amorosos... Pero eso es otro tema. Hoy, a menudo, son ellas las que mejor entienden y explican el juego. Tan es así que la proliferación de excelentes columnistas, muy jovencitas, me hace pensar que su cerebro, el femenino, quizá esté mejor diseñado y constituido para entender las reglas y arcanos del juego, que simplemente no habían entendido el concepto de fuera de juego porque no habían puesto toda su maquinaria en marcha, que es mucha y celérica, y la debida atención entre las cuarenta mil cosas que normalmente les ocupan la mente. Ésta sería, porque ya sabemos que ellas son más inteligentes y versátiles que nosotros, una prueba de peso para desmentir que ser futbolero sea indicio de estulticia. Que los hombres somos estúpidos ya nadie duda, pero ¿a ver quién es el guapo que se atreve a usar el término hombre sin atender al género, como sinónimo de humanidad? No hay bemoles. Muchas mujeres son las que ahora reparten magisterio futbolístico, y si no es desde el mismo césped es porque nosotros somos más brutos.

Dejemos por probado que los futboleros pueden ser inteligentes, que ser aficionado al menos no perjudica lo suficiente para volvernos disfuncionales, y vayamos a lo que importa en este artículo, su razón de ser: La cultura y su relación con las afiliaciones deportivas. ¿Somos los mourinhistas bestias sin civilizar o ciudadanos embrutecidos tras habérseles suprimido los estímulos culturales? ¿Suple en el mourinhista la función testicular a la neuronal? Cree el señor Boyero que sí. Y no sólo él. Opina también así, Javier Marías, que en su artículo "El triste que lo contamina todo" confiesa sus pulsiones al ver a Mourinho sentado en el banquillo blanco. La primera: darse de baja como madridista en aquella primera temporada de la era Mou. Desde los siete años, fiel a unos colores, y por mor del factor que nos embrutece, según él -es decir, Mourinho-, renegar de ellos mientras escampa la incultura. "José Mourinho, el prototipo de entrenador que no soporto y el más antimadridista de todos los imaginables", nos confiesa. También que se vuelve enemigo acérrimo de aquellos equipos a los que dirige. También del Chelsea, con harto dolor de su corazón, porque aquel equipo y aquel barrio es de gente de bien. Cuestión de clases, y le entiendo. En Chelsea vivió santo Tomás Moro, que fue cultura, en mayúsculas, y fortaleza del espíritu, hasta el paroxismo. También Oscar Wilde, que habría renegado de Mourinho y sus modales de portugués de ciudad portuaria al primer vistazo. Y además toda la realeza británica en sus tiempos más gloriosos. A Chelsea se escapaba Enrique VIII cuando quería aventuras... digamos que de la misma naturaleza que las que Olivares le organizaba a Felipe IV en Los Madriles. En Chelsea residió su hija, Isabel I, la que dio el primer empujón a lo británico para tratar de encaramarse a lo más alto de las naciones. Ya en el declive de la Unión Jack, cuando empezó a oírse cada vez menos "Rule Britania" y Beatles y Rollings tomaron el relevo en lo de musicalizar lo que quedaba del imperio, buena parte de los integrantes de ambas bandas de pop-rock residieron en la barriada de Chelsea. Comprendo por todo esto que Javier Marías viera a Mou como un intruso entre tanta beautyful people. Siendo gente tan fina aquella con la que Marías compartió su estancia en Londres, es de entender su rechazo por el patán que usa el dedo no para señalar Las Indias, sino para meterlo en el ojo del prójimo, y que sólo "se maneja" en cinco idiomas, a cada cual menos utilizado. Y que conste que todo lo anterior lo he averiguado tras bucear en Wikipedia, que el mourinhismo me ha vuelto un botarate sin ciencia ni conciencia.

Rule Britannia

El Inter es otra cosa. Son cariños distintos. Este equipo ya era enemigo de Javier Marías antes de la llegada de Mourinho y, además, la contratación de condottieri es tradición aceptada en las ciudades de la Península Itálica. Pero Abramovich confunde los talonarios de cheques con entradas para la ópera en el Royal Albert Hall -que está a un tiro de piedra, me informa Google Maps-. La ordinariez del dinero, cartera en vez de cantera. Desde que Miguel Ángel estableciera la importancia del mármol de Carrara para su obra, sólo la correcta elección de una buena cantera ha procurado arte en cualquiera de sus vertientes o formas de expresarse. También en el fútbol. Así al menos lo piensa Javier Marías, que nos dice: "Siempre he creído que los equipos deben ser un poco de sus ciudades, o por lo menos de sus países". Este señor no debe ser madrileño. Disfrazado o anti en todo caso. Ni falta que le hace. Ciudad la nuestra que en realidad es pueblo, poblachón manchego la consideran en Barcelona sus élites. Josep Pla, a quien no agradaba y era blanco de sus invectivas, Ricardo Bofill, senior, que la enseñaba en coche aprovechando los escalectrix del eje Cuatro Caminos-Conde de Casal. Madrid, hecha a sí misma a base de masa inmigrante, sin cultivar ni refinar, mis propios padres podrían ser ejemplo, apenas ha incluido en sus alineaciones de ilustres algún nacido entre sus muros. Sólo en literatura habría una excepción, con Lope, Quevedo, Calderón y bastantes otros. Pero es que escribir es cosa de poco mérito, basta con tener papel y pluma, y visitar un par de veces Fnac para tener tema de que hablarles a tus lectores. Y si no es regurgitar lo leído en los libros que has comprado con un 5 por ciento de descuento, pues de lo que te sugiere el CD de música que adquiriste para impresionar a la chica que curioseaba entre los discos de Nirvana o lo que te haya sucedido en el Metro de camino. Son los vagones del suburbano tan poco de Madrid, con tanto chino y sudamericano. El Subway de Londres sí que tiene clase. Bueno, sí, estará lleno de africanos y pakistaníes, pero seguro que seguidores del Arsenal, de Wenger y sus buenos modales.

Seis partidos bastaron a Marías para saber cómo iba a ser el Madrid de Mourinho: "Insustancial, vulgar, torpón, aburrido, sin apenas marcarse goles y con el único mérito (propio de las escuadras medrosas y conservadoras) de no recibirlos". Al ojo del aficionado veterano no se le escapa nada, ni del presente ni del futuro. Que la sequía de goles profetizada luego se materializara en un record de goles es debido a que la lluvia en España está sujeta a los caprichos del clima, como la crítica. Vivimos a sotavento de los vientos dominantes, que casi siempre son terrales, vienen secos, todo lo más proceden del Mediterráneo, que es más cálido y más chico que el Atlántico, como mar al menos, que ya sabemos de su poderío en cuanto a cultura, que es lo que importa en este artículo. Tampoco han sido aburridos estos años, ni dentro ni fuera del terreno de juego. Sobre el césped, mil emociones a propósito del balón. Fuera de él, mil novelas narradas por la prensa deportiva, casi ninguna de fútbol. "Que se pueda considerar «glamuroso» a Mourinho rebasa los límites de mi comprensión", nos confiesa Marías en su artículo, y aunque no sé qué tiene que ver el glamour con el fútbol, salvo en lo que se refiere a lo ajustado de la camiseta o el grosor de las medias, prosigo con la lectura. "Estamos acostumbrados a que los tremendos horteras de nuestras televisiones califiquen de «glamuroso» a cualquier individuo o individua pedestres y más bien dignos de lástima", continua, y me pregunto si estoy leyendo a un Académico de la real o asistiendo a la sección de Boris Izaguirre en el programa de Sardá, con el venezolano confundiendo al Real Madrid con uno de sus "ranchitos". "En España se cree, extrañamente, que mostrarse avinagrado equivale a poseer una «personalidad fuerte»", nos dice un poco más adelante, y le envidio a Marías sus alegres tiempos en Chelsea entre gente amable, culta e inteligente, tan del Chelsea en los buenos tiempos.

Su declaración de intenciones respecto a lo que considera fútbol, está resumido en el siguiente extracto: "El Madrid ha sido siempre un equipo alegre: atacante, generoso y al que nunca le ha bastado ganar (a Beenhakker, Capello y Schuster no les bastó para conservar el puesto), sino que ha procurado brindar un fútbol deslumbrante y divertido. Sus representantes han solido ser personas más bien afables y educadas (Molowny, Valdano, Del Bosque), y los patanes nunca fueron en él bien recibidos". Es el "buenismo" en todo su esplendor, de Segurolas y Lamas, que piden buenos modales, mesura, elegancia, contención, al tiempo que arrean estacazos a todo lo que se mueve y les llama la atención. La mano en la fusta y el corazón en la incongruencia. Triste es un apelativo que choca en labios de Marías, que nunca fue la alegría de la huerta. Bromista y muy cercano es como curiosamente acaba de calificar el canterano Morata a su entrenador. Que no le haga gracia a nuestro académico se entiende, tiene el oído más hecho a las ironías de Wilde. Pero es humor el británico difícil de apreciar desde el tercer anfiteatro, donde importa más la ubicación de los laterales si toca defender un contraataque contrario, que saber si tiene chiste la estrategia planteado por el entrenador. Afable es un adjetivo que yo le preguntaría a Gallego si le cuadra a Valdano, al propio Del Bosque. Lo mismo sí. Valdano es un tipo tan afable que cuando te despide ni se nota, no está presente para comunicártelo. Que no le gustase a Marías el Madrid de Beenhakker, que es lo mismo que decir el Madrid de la Quinta del Buitre, es cosa que me choca. Además ese Madrid en sus años más auténticos, que con Toshack se suplió el entretenimiento por eficacia. Pero líbreme Dios de tener que explicar, menos a un veterano del madridismo, cuál es el Madrid auténtico. Le he conocido miles de formas y estilos, en los que la especulación con el balón, quizá, ha sido el único elemento no común a todos ellos. El Madrid de Beenhakker era tan vertiginoso como el de Mourinho, pero no deletreaba con el balón, y quizá eso les vuelva vulgar a ambos a ojos de Marías. Los intelectuales están para darnos su opinión y marcarnos horizontes a nuestras mentes, a nuestras sensibilidades. Gracias a Dios los horizontes siempre quedan distantes por mucho que tratemos de acercarnos a ellos.



Supongo que todo el mundo conoce la leyenda urbana. La contaron en todas las secciones de local de la prensa madrileña. La empresa francesa Fnac hizo un estudio con vistas a su expansión internacional buscando los lugares más transitados de Europa. Su sorpresa fue averiguar que el primero de todos lo era la calle Preciados, esa travesía peatonal que une las plazas de Callao y Sol; por donde está el oso y el madroño, además, que es como enhebrar un hilo en la aguja más pequeña del costurero, porque no hay lugar más castizo que ese de la estatua del animal merendando madroños y que representa lo que fue la ciudad antes de serlo. En donde en tiempos más heroicos se miraban directamente a los ojos los dos Goliath del comercio hispano: El Corte Inglés y Galerías Preciados; que tenían allí sus sedes principales y eran cita obligada en navidades si querías ver luces y ambiente de esas fiestas. Fue enorme sorpresa para los franceses, que quizá esperaban ver a París ganando la partida. Todo lo más a Milán o Londres. No por Chelsea, que allí prima la calidad sobre la cantidad y nadie es seguidor de Mourinho. Pero resultó ser Madrid y su calle comercial por excelencia, con metro arriba y abajo de la cuesta. Con su Rodilla en la cúspide del talud, la tienda además que originó la franquicia, para que cenen los que se han gastado casi todo en las tiendas. Con sus cines ahora convertidos en teatros para musicales en la vecina Gran Vía. Con su San Antonio de los Alemanes a poco más de una corta caminata, por si se quiere respirar el auténtico Madrid de los Austrias, el barroco que es la principal aportación de la ciudad al libro de la Historia. Es verdad que ninguno de los autores de sus magníficos frescos eran realmente canteranos. Francisco Rizzi era hijo de italiano, uno de los muchos llegados al reclamo de Felipe II para adornar el Monasterio del Escorial. Y Carreño de Miranda era asturiano, de Avilés, para más señas. Ni siquiera su maestro en el arte de pintar directamente sobre muros, Lucas Jordán lo era. De Nápoles, traído por Carlos II después de mucha insistencia. Fichajes de aquel Madrid para hacerse un hueco en la Historia del Arte de la Pintura a golpe de talonario, en este caso con dinero de la Corona. Como tiempo después el club más monárquico de todos usara su dinero, obtenido vendiendo camisetas, para fichar lo mejor de fuera y hacerse un hueco en la Historia del Arte Balonpédico. Como único descargo, se me ocurre, que la iglesia estaba destinada en origen a la advocación de San Antonio de los Portugueses. Hasta que hubo que cambiarla al rebelarse estos pérfidos nacionales sus amos españoles, al tiempo que catalanes y napolitanos, lo mismo que han hecho ahora Mourinho y su guardia pretoriana contra Florentino y sus tercios de Móstoles y Camas, cuando más duro es el invierno de nuestro desconsuelo madridista.

Me pregunto, y lo hago seriamente, como logró la cultura española, nuestra civilización, sobrevivir hasta el momento en que a finales del siglo pasado se abrió el Fnac de Preciados. Son milagros aparentes, que se producen cuando un destino manifiesto se abre paso a través de las circunstancias adversas. Borricos éramos, pero tan claro era nuestro futuro, que barrenamos hasta él, a pesar de que Fnac sólo nos culturizó en el último trecho. Le preguntan a Carlos Boyero en la entrevista digital de El País del 14 de febrero sobre un periodista supuestamente mourinhista. "Un tal JM Rodríguez", le dice el lector del diario digital. "Tertuliano del estercolero deportivo que es la Tv de madrugada y palmero de Mou", añade para darle pistas, aunque nosotros sabemos que el periodista en cuestión no es palmero de nadie, sino que cumple una misión en el programa y en los medios en los que colabora, al modo de Roncero en AS y Punto Pelota, aunque sus convicciones tengan intermitencias cuando convenga a la línea editorial. "Que dice que le vio en la FNAC y que la próxima le llamará nazi porque sale gratis", le advierte finalmente para que el columnista de El País esté prevenido. Se refiere todo ello a una respuesta de Carlos Boyero en otra entrevista digital de hace tiempo, el 18 de agosto del 2011, y que trajo cola. Aquella vez la cuestión planteada y la respuesta fueron las siguientes:

Internauta: Bienvenido de sus vacaciones mr. Charles. ¿No cree que a Mourinho se le debería expulsar ya del Madrid? Este hombre es un peligro que excede los límites del fútbol. Ha destrozado la Selección Española, ha ensuciado el pedigree del Real. Ha trastornado a Casillas, Pepe, Ramos, Ozil. Es ya un problema político.

Carlos Boyero: Yes. Anoche Guardiola avisó, con motivos, de que si el panorama sigue así, puede ocurrir algo peligroso fuera del campo. No creo que haya transtornos [sic] en Pepe y Ramos. Es su naturaleza. Pero sí con Casillas y con Özil. Es muy fuerte que tengan que buscar continuamente coartadas obscenas para justificar la derrota ante los mejores. Mourinho es un individuo muy peligroso. Y conoce la metodología para sacar lo peor de la gente. Efectivamente, el fútbol puede ser un deporte practicado mayoritariamente por hombres. No por bestias. Es lo que pretende el nazi portugués.

El que el señor Boyero se permitiera calificar a Mourinho como nazi portugués le pareció suficiente al entrenador para demandarle ante el Tribunal de Primera Instancia de Madrid. La demanda llegó a manos del Tribunal Supremo, y éste decidió fallar a favor del demandante y condenar el periodista a pagar una indemnización de 1 euro. Cantidad que a Juanma Rodríguez le pareció equivalente a gratis. "No me imagino a un admirador de Mourinho buscando culturizarse en la Fnac", fue la jocosa respuesta de Carlos Boyero, y de ella se deriva todo lo anterior. A lo que añadió algo que nos informa de cómo suele usar el periodista la cabeza, que no todo es reflexionar: "Puede ocurrir que le parta la nariz de un cabezazo o que me rompa él la mía". No está Boyero en ese diez por ciento de españoles que ensanchan nuestra cultura, por más que compren en Fnac. Sí parece estar entre los que embisten con las mismas ideas hasta que destrozan el burladero, como viene haciendo con la suya del mourinhismo con tanta constancia como su compañero de redacción Diego Torres. Porque cada entrevista digital que se consulta es volver a los mismos tópicos, y no me extrañaría nada que, aunque fuera a base de sumar euro a uro, el entrenador portugués reuniese para comprarse ese piso en Londres del que tanto se habla en los medios. Espero que no en Chelsea, por el bien espiritual de Marías. Es gente viajada, no como nosotros, pobres gañanes que nunca hemos salido de casa.

De diez cabezas, nueve
embisten y una piensa.
Nunca extrañéis que un bruto
se descuerne luchando por la idea.
(Antonio Machado. "Proverbios y cantares")

Nunca compré un libro en Fnac, lo he de reconocer. Siquiera un CD o un chisme para el PC. Siempre he preferido frecuentar cotos de caza de menor categoría, como el Museo del Prado, la colección Thyssen o la Biblioteca Nacional. Fnac me intimida y, por ello, es poco probable que alguna vez logre ensanchar mi cultura, que jamás echará barriga en esos grandes almacenes. Hay que reconocer nuestra inferioridad cultural, la del Madridismo Insurgente, frente a la más basta -con b, no con v- de La Cruzada. Ejemplos del buen "manejo" que hacen de la misma nuestros enemigos son muchos. Como cuando Juanma Trueba nos explicó en una crónica de un partido del Real Madrid, la etimología del apellido "Mourinho", y confundió a los mozárabes con los mudéjares. O la noticia que encabeza este post en que se nos ofrece un recital de disparates en solo media línea de texto entre paréntesis, escrita con la intención de informar al lector, para proponerle información adicional a las declaraciones de un personaje de actualidad entonces: El presidente del Santos, equipo en el que milita Neymar. Ni el tratado de Tordesillas se firmó en 1492, más bien dos años después, ni se firmó para repartir conquista alguna. Entre otras cosas porque los marinos portugueses avistaron las costas de Brasil por primera vez en 1500, y para 1494, los españoles no habían salido aun de la isla La Hispaniola. Ni Wikipedia saben usar la nueva hornada de reporteros deportivos. Yo he aprendido a hacerlo por encima y a veces hasta parece que sé algo además de mi nombre.

Ahora que voy acabando el escrito, me dice mi amiga @DiosaMaracana que han abierto una segunda sede de Fnac junto al Corte Inglés de La Castellana, cerca del Bernabéu. Debe ser que los franceses han decidido acercar la cultura a este madridismo tan bobo que es el nuestro, en vez de esperar a que seamos nosotros quienes vayamos en su busca. Si la montaña no se acerca a Mahoma... No se yo, son tres años instalados en la molicie mental, y eso no se cura siquiera con libros, aunque nos los pusieran en las manos. Gracias a Dios que están Marías, Boyero, Valdano, y tantos otros, para hablar por nosotros y sacarnos de nuestros errores a patadas... Quiero decir, a base de insultos.


Referencias:

"El triste que lo contamina todo" - Javier Marías - El País - 17/10/2010

"El chamán de feria" - Julian Marías - El País - 15/05/2011

Entrevista digital a Carlos Boyero - El País - 18/8/2011

Entrevista digital a Carlos Boyero - El País - 14/2/2013

Entrevista a Javier Marías en Jotdown.es - Junio de 2013

"Hienas televisivas" - Juan Manuel Rodríguez - Blog El penultimo raulista vivo

"La Copa con fuego real comienza en Balaídos" - Juanma Trueba - Diario AS - 12/12/2012

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