viernes, 20 de mayo de 2011

Un talento para la guerra

Un talento para la guerra
Domingo 5-8-2010 10:39 am

Un talento para la guerra, para la escaramuza en espacios cerrados, eso es lo que a veces me siento. Hoy he visto amanecer y sin embargo no tengo la sensación de que el contador se puesto de nuevo a cero. Sigue siendo el mismo día de ayer, una prórroga, los instantes finales el tiempo de descuento. El día de hoy nace viejo y usado. Te quivocas, no disfruto nada en absoluto. Si, es cierto, puedo sonreir mientras lo hago, mientras esquivo, amago y devuelvo el golpe. Pero es tan solo una mueca. Sonreir no es lo mio. Te lo explico, por que quizás no seas un talento para la guerra como yo. No se debe informar al enemigo de cuales son las estocadas que han dolido, por que sino será allí donde iran las siguientes. A mi me las suelen dar en el asunto de cómo redacto, y allí dejaré que sigan viniendo por que es el tema que menos ocupa mi tiempo. Palear a oscuras es un riesgo, por que en las sombras se diluyen los volúmenes y es imposible medir la fuerza o proteger los puntos vitales del enemigo. El primer golpe ha de ser contundente, por que casi nunca hay posibilidad de un segundo. Nada obliga al enemigo a avanzar, así que el derecho a la compasión lo perdió justo al dar el primer paso. Un talento para la guerra. Tal vez a ti haga disfrutar verme desenvolveme, pero te aseguro que yo no lo hago mientras lo ejerzo.

La víctima es siempre la que genera odio en los que miran. Ver un acoso es algo muy divertido. Terapia de grupo, te lo aseguro. Alivia la necesidad que tenemos de agredir al prójimo, permite delegar el ejercicio de la violiencia en terceros. Pero no tenemos las conciencias mudas desgracidamente, así que no queda más remedio que echar la culpa a quien lo sufre, al que está siendo acorralado. La víctima de un acoso es siempre el culpable, lo oirás decir a todos lo implicados, activos o meros espectadores. Casi siempre también a quien lo experimenta en sus propias carnes. No, no pretendo que lo entindas, solo que me creas si te digo que no es nada divertido. A veces se puede agredir con el pulso en mínimos, atacar con la mano congelada. Pero es raro que esto suceda. Todo acto tiene sus consecuencias. Toda iniciativa implica un riego. Podré ser un talento para la guerra pero te aseguro que jamás me verás disfrutando de mi talento. Yo no inicio peleas. Si puedo y tengo suerte las termino. A alguna desgraciadamente le falta el desenlace. Lo veremos tal vez, y ningún tipo de final a priori debe descartarse.

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