jueves, 21 de abril de 2011

El fútbol y sus aledaños (19) - Batalla a las puertas de Mordor

Batalla a las puertas de Mordor

No me avergüenza decirlo. Tras ver sobrevolar Pepe el cuerpo amedrentado de Alves, tras verle hacer saltar astillas al palo izquierdo de la portería de Pinto, dejar su marca de oso en el fuste para medir su tamaño, lo di todo por perdido. El choque violento con el aluminio había sido casi por dentro, con la potencia de una violación, y el balón se alejó del entorno del portero siguiendo una trayectoria casi paralela a la raya de gol. Ante tan poderoso rival no son frecuentes las segundas oportunidades. No estaba de Dios ganar el encuentro. Así se lo hice saber a quienes veían el partido conmigo. Después de la mañana el atardecer y el ocaso. Una primera parte primorosa para dejar constancia de que una vez existimos antes de sifuminarnos en las sombras.

Todo movimiento tiende al reposo. La palabra al silencio, el fuego a la ceniza, el amor al olvido. Bendita sea por eso la palabra rescoldo. Sobre las ascuas de un sueño se edificó la victoria, en el último soplo a una hoguera que se extinguía. Ronaldo elevandose en el aire como una pavesa al filo de la madrugada. No me avergüenza tampoco decir que había necesidad de triunfo. Pequeños detalles son los que decoran la sala de entrada al Paraíso. Divago, lo se, no me centro. Solo derramo las palabras para intentar encontrar un rumbo, seguir el que me indique la orografía del sentimiento, el avance del agua de escorrentía al escurrir ladera abajo.

Sentí miedo al inicio del encuentro. Demasiada tensión. Demasiado elevada la apuesta. Un resto demasiado cuantioso sobre la mesa para una sola mano de poker. Los jugadores se zarandeaban los unos a los otros sin que Undiano Mallenco lograse imponer la paz. Si alguien duda de que en el túnel de vestuarios del Bernabeu hubo palabras y más que palabras, es por que quiere estar ciego para no ver lo evidente. El partido se inicio sumido en la locura y jamas encontró un minuto de serenidad o cordura en los 120 minutos siguientes.

Mourinho volvió a tomar la iniciativa táctica. Mantuvo a Pepe en el centro del campo para desempeñar la labor múltiple que ya le fuera encomendada en el partido de Liga. Además, incluyo a Özil en el once inicial, sacrificando a Adebayor. Se venía hablando de ello toda la semana, criticando ácidamente una alineación sin delantero centro. Quien no entiende que la lucha es necesaria cuando quien se te enfrenta es mejor que tú es que no ha aprendido nada del fútbol. Así se logró la Séptima, cavando trincheras ante un Queipo liderado por Zidane, ni más ni menos. Poetas líricos que desprecian la épica porque no están dotados para ninguna otra literatura. Si no existiera la brega, el corage, el esfuerzo, no sería necesario dirimir ningún partido. Se delegaría la decisión de quien merece el triunfo a un jurado de expertos y la contienda sería totalmente incruenta, sin amores propios heridos, sin euforias, romo el tiempo del fútbol sin esa singular belleza que rapta nuestra mirada. El segundo acto comenzó con Özil para dar cauce a la locura del contraataque, para dar un sendero entre el bosque de barcelonistas que puebla el área contraria. Sin benzemá ni Higuain aun preparados para las máximas exigencias, con un Adebayor algo lento todavía para un juego volcado en el contragolpe, no parecía una opción tan absurda o insultante como nos querían hacer creer todos los expertos de la prensa deportiva.

Las novedades no se centraron solo en este cambio de piezas. Mourinho dicidió que el equipo adelantase líneas, que esperase al Barcelona algo más adelante. No en la frontal del área como en el Bernabeu, que hacia el trayecto en las contras tan largo y fatigoso, sino en el medio campo y algo más allá de la divisoria de aguas. El Madrid no se agotó en el primer partido de la serie defendiendo, como se ha querido hacer creer, sino atacando. Suena distinto, con menos lustre, cuando en realidad en ambos casos se parte de la premisa de aceptar la superioridad del rival. Los que se tachan a si mismos de humildes curiosamente no entienden estas cosas. Por lo visto la humildad consiste en decir lo bueno que es uno, pero con la boca chica si es que se puede, para que te pidan que lo repitas con las mismas u otras palabras, para que los tuyos te hagan el eco a gritos. También se armoó un red entorno a Messi, compuesta por varios jugadores, que tuvieron que multiplicarse en el campo para estar donde estaba el argentino y también en otras partes en que era vital su concurso. Entre Pepe, Ramos, Khedira, Xabi y aquel que buenamente pasara por allí, Marcelo o Di Maria casi siempre, se logró sujetar a Leo, desactivarlo, y con él a todo el Barcelona.

Se conseguía robar balones más cerca de la portería de Pinto, que en más jugadas se llevara peligro. Hubo varias oportunidades claras. La mejor la que malograra Pepe en las posterimerías de la primera parte. Ahí es cuando lo di todo por perdido, cuando pensé que no lo merecíamos, que no estaba de Dios concedernoslo. Y el inicio de la segunda parte pareció corroborarlo. Un dominio asfisiante del Barcelona arrimó al Madrid al desastre. Por primera vez en la serie de clásicos el balón circulaba con rapidez, con ganas de herir y no solo de cansar, en zonas del juego en que era imprescindible darse por aludidos y contener el avance del Barcelona. Creo que el Barça se agotó también atacando. No lo hizo en Madrid porque su ritmo era cansino y no había tensión apenas en las jugadas. Ayer si la hubo. Se sucedieron las entradas por derecha e izquierda. Por el centro cuando era Messi el que, ya liberado de su yugo, se movía a sus anchas con el balón a los pies. Entonces por un momento pareció que la veleta señalara a otro norte, en este caso al Blau-grana. La victoria solo parecía cuestión de dejar madurar los minutos. Y en ese momento de euforia tras el susto de la primera parte el público culé se vino arriba. Se empezaron a escuchar los olés, expresión netamente española, así que hasta cierto punto se agradece. También porque supuso la condenación del Barcelona. Porque Xavi, que es quien llevaba la batuta decidio no solo jugar al fútbol sino también demostrar un torema, la superioridad manifiesta del Barcelona. Y esta multiplicidad de objetivos a la postre les trajo la derrota. Nuca he visto al medio centro del Barcelona hacer tantas cabriolas entorno al balón. Lo pisaba y reculaba a un lado, luego al otro. Daba un giro completo del cuerpo, luego amagaba con regatear a su defensa. Arabescos y florituras en quien en su día tildé de burócrata del fútbol, y no con tan mala idea como pueda parecer. Xavi hace el fútbol fácil. Logra que fluya cuando el Barcelona está en posesión del balón. Sin embargo, ayer fue quien construyó un dique cuando parecía una corriente imparable.

El Barcelona malogró sus oportunidades agotándose en la tarea de demostrar su tesis, y lo demás es historia. El balón se arrimó a los pies de Di María, que construyó una pared agónica con Marcelo. Centró en carrera desde la banda izquierda, cerca del banderín de corner. El vuelo de una pavesa para propagar el incendio que se agotaba y dos años de invierno tuvieron su primavera para sucederlo. El testarazo de CR7 cruzó el área como un misil con trayectoria guiada con láser. Hay quien perdió los papeles en ese instante. Pepe y yo mismo, sin ir más lejos. Lo demás no tengo excesivas fuerzas para contarlo. La cara de Florentino Pérez desencajada tratando de acelerar los últimos segundos de juego. Los últimos intentos de Piqué de justificar su desprecio absoluto por sus contrincantes. La lección más amarga debería ser para él, pero no las tengo todas conmigo de que sea estudiante aplicado. El terminó por despertar el orgullo de los madridistas, al igual que lo hiciera el público argentino con Fernando Verdasco en aquella final de la Copa Davis. Humillar al rival, tratar de pasarle por encima puede traer estas cosas. Hasta CR7 pareció sentirse aludido por la chanza anti-española y sus últimos minutos de encuentro los invirtió en evidenciar que ha dejado de ser atrezzo en los encuentros grandes, en mostrar su exhuberancia física. Pudo marcar un segundo gol que hubiera sido el apoteosis. Tras cebarse de balón pidió perdón a Di Maria, asu modo, por no cederle un balón para el que tenía mejor ángulo de disparo.

Cuidado ahora con la semifinal de la Champions, porque el Barcelona se ha encargado de poner al Madrid en la pugna con sus continuos errores psicológicos de bulto. Siguen sin querer entender lo que pasa, extraviados en su intento de declamar la definición del fútbol se han ausentado de la disputa. No quiero ni pensar en un fin de año con Cristiano como máximo favorito para ganar el Balón de Oro. Ya ha sido decisivo en la consecución de un trofeo, asi que ha dejado de ser un absurdo. Tendrán que buscar extrañas alianzas. ¿Qué tal una en torno a Iker, que cuando arreciaba la lluvia logró desviar las gotas que parecía que irremisiblemente iban a mojar las mallas de su portería?

La semana que viene seguirá la guerra. Disculpad mi torpeza al escribir, por empeñarme en centrame en lo que sentí y no tanto en lo que vi. Un partido memorable que sino mediaria la animadversión cercana al odio también traería gloria al derrotado. Nos veremos pronto de nuevo y glosaremos sobre lo que ocurra. Y tal vez las lágrimas al releer lo escrito sean más cercanas a la rabia que a la emoción.

Estas cuatro batallas sucesivas hay quien las vaticinaba como el fin del madridismo. Pero aquí seguimos, de pie, dando la cara a la tormenta. Podrá llegar el día que el madridismo se extinga, llegado el fin de su ciclo en la Historia del fútbol, pero no será ahora, ante este enemigo. El mal y el bien no se excluyen entre si sino que se justifican el uno al otro y se complementan. Momento para que la prensa de Barcelona medite, y si el público culé no supo guiar a su équipo hacia la victoria, para que aprenda de los errores, los rectifique y proponga una senda viable para los suyos. Se que no va a ser así. No está siendo así por lo que se viene escuchando hoy. En eso baso mi esperanza para la Décima.

Tweet de la previa

1.- Hace un año escribe en un foro que los partidos Madrid-Barcelona los planteaban los culés como si fuera la Batalla de Lepanto.

2.- Por los artículos de los imanes de la prensa no parece que andabara muy desencaminado. Esta noche les arrebatamos el Cristo de Lepanto.

3.- El cielo está empezando a fruncir el ceño. Sopla viento frío. Me podré el jersey para bajar a la calle. Odio las primaveras fallidas.

4.- Mequetrefes del Barça en la radio tratando de libar miel en las palabras de Di Steffano del otro día y solo consiguen que supure pus.

5.- Locutoras que aseguran no ir con un equipo, y cecean al decirlo pizpiretas. Ellas flirtean con todo lo que se menea, cristiano o sarraceno.

6.- Mestalla la cabeza de tanto pensar en el partido. ¿A que hora empieza? Es que no hay quien aguante esto. Venga, ya.

7.- Me enternece la gente que no quiere dar crédito a lo de Piqué, cuando tan coherente es con el personaje y el Laportismo del que procede.

8.- El que fue un canalla en el terreno de juego para muchos twitteros conviene ahora exonerarle para así no tener que discutir lo de Piqué.

9.- Sea o no cierto lo de Piqué algunos barcelonistas tendrán que asumir que su equipo es antiespañol. Se siente pero es lo que hay.

10.- Todo movimiento tiende al reposo, la palabra al silencio, el fuego a la ceniza, el amor al olvido. Bendita sea por tanto la palabra rescoldo.

11.- Ya que queda tiempo, me gustaría contar una batallita de fútbol, que demuestra lo poco que saben los periodistas sobre el Madrid.

12.- Mi padre me llevó a ver una final de la Copa de la Liga, en una situación muy parecida a la de ahora. Jugaba en el Barça un tal Maradona.

13.- Era el partido de vuelta, y el Barcelona traía ventaja. El partido fue un quiero y no puedo del Madrid. Un tanto doloroso. De adelantaron.

14.- El Madrid a base de casta logró empatar a un tanto. Entonces Maradona se metió con el balón en la portería dejando a tres sentados.

15.- El Bernabeu se levantó y aplaudió al argentino. ¿Qué hacer ante eso? Pues apretar los dientes. Se pudo empatar a 2 tras mucha porfía.

16.- Y la segunda ovación cerrada de la tarde fue esta vez para nuestro equipo. Se perdió el trofeo pero se pudo salvaguardar el orgullo.

17.- Cuando oigoo leo a estos chupatintas del análisis hablar de lo que sienten los madridistas me subo por las paredes. No tienen ni idea.

18.- Se hace lo que se puede. Y cuando es incluso más que eso, ¿como no vas a querer a tu equipo? El sábado el Madrid estubo imperial.

19.- Y el público lo sabe. Como lo sabía el día que Maradona fue aplaudido en el Bernabeu. Que aprendan un poco antes de hablar, si son capaces.

20.- Agredir a Roncero me parece una estupidez del mismo calibre que querer liarse a hostias con los de Krakovia. Pero allá cada cual.

21.- Si hay mal ambiente en Mestalla es por aquello del bien y el mal. Lo que pasa es que al final va a resultar que somos todos orcos de Mordor.

22.- Insisto que me encanta que las aficiones vayan al fútbol como quien va a la ópera. Todo lo más que la opera la pongan ellos cantando.

23.- Aquí va a caer un tormentón de órdago. Creo que es la misma nube que ha granizado sobre @rivespe. Miedo tengo y todo.

24.- Truenos, relámpagos y granizo. Es la veleta del destino que está girando para señalar otro norte. Hermanos de fe, hoy comienza el futuro.

25.- Me va a pegar pero lo voy a decir. @nereeaa10 me dijo el once del Madrid después del partido del sábado. Lo ha clavado.

26.- Hagamos del miedo un acicate, de la desventaja alzas, de las dificultades oportunidad nuevas, del sentimiento un credo único #HalaMadrid.

Tweets durante el descanso

1.- Más que un campo de fútbol parecía una discoteca. El himno a pleno pulmón de decibelios para acallar los pitidos de fondo de algunos.

2.- Cada vez que Messi coge el balón no se de donde salen, pero le enciman 3-4 jugadores. Es una auténtica locura.

3.- Lamentable que la campaña contra Pepe haya tenido efecto. El mejor del partido y van 135 minutos, y con una amarilla injusta.

4.- El Barça a tenido al Madrid a su merced y ha preferido chulearlo. Siguen sin aprender la lección que dicen traer sabida de casa: humildad.

5.- Chapeau para los tres comentaristas, los dos ex-jugadores y el speaker, que será del Barça pero lo está haciendo de lujo. Mis felicitaciones.

6.- TOMA TOMA TOMA TOMA. ESE PORTUGUÉS QUE DE PUTA MADRE ES GOOOOOOOOOOOOLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLL

Tweets tras el partido

1.- Si el Barça no aprende la lección de la que se supone que es catedrático: LA HUMILDAD, lo mismo se queda sin Champions también. Ellos verán.

2.- Si, ha ganado la tortuga a la libre. La torguga, el pájaro loco y el correcaminos. Impresionante final de CR7. ¿Es ya un gran jugador?

3.- Venga, echadme de comer esas estadísticas comparadas con Pellegrini, que hoy tengo algo más de moral para soportarlas.

4.- Sigo viendo al Barcelona favorito para lo que queda. Pero tendrán que asimilar, decidir si quieren jugar al fútbol o demostrar un teorema.

5.- Detalle al final de Pique felicitando a los madridistas cuando ya tienen la Copa en el césped de Mestalla. No le hacen mucho caso.

6.- Sergio Ramos convirtió ayer la Copa en la chica de la curva de La Castellana. ¿Se nos aparecerá a los conductores nocturnos?

7.- No recuerdo ningún partido más tenso en mi vida. Creo que Piqué debería desestimar ya el argumento de "pío, pio que yo no he sido".

8.- Le podrá valer a fanáticos y practicantes del buenismo, pero está claro que para sus compañeros de Selección no. Ojo, asunto muy serio.

9.- Al final le llegó la sangre por fin al cerebro y fue a saludar a los ganadores, pero la frialdad con que le recibieron es preocupante.

10.- Feísimo detalle de Pepe tras el gol. Iba para MVP de los clásicos. Arbeloa desde la melé se percató y fue a recriminarle. Ha jodido la foto.

11.- Al contrario que a vosotros me gustan las frases de Xavi. Pensé que ayer habían entendido la lección. Parece que no. Lo mismo tenemos Décima.

12.- Nunca vi a Xavi hacer tantas cabriolas en un partido. Hubo momentos en que parecía que bailaba break-dance. Las cosas parecían irle de cara.

13.- Con el público culé gritando olés en vez de ir a por el partido prefirió sacar a bailar el fútbol. Pero ésta no es doncella que se deje.

14.- ¿Y que les diría Mou antes del partido? Yo creo que lo que el rey a sus escasas tropas a las puertas de Mordor. Podrá llegar el día...

15.- Porque eso parecían estos 4 clásicos, nuestra extinción. Pero el día de la caida del madridismo no va a ser ahora. Se siente... n, coño.

16.- Y ahora, 2 pequeños hobits van camino del monte del destino... No, espera, Lolo y Cris no son bajos. A ver si resulta que si somos los malos.

17.- Mourinho: "Soy un entrenador de título, no un entrenador de fútbol. Está bien, Me gusta". Genial, como siempre, pero no, te equivocas.

18.- Mourinho es un hombre del renacimiento. Artista, pensador, científico y, sobre todo, Condottiero. El mejor general en la batalla.

19.- Canalla como lo fue en su vida Caravaggio. Angelical como lo son las figuras de los cuadros de Corregio. Mou da Vinci, el genio.

20.- Si no ha sido excesivo me lo decís y lo vuelvo a intentar. Por Mou cualquier esfuerzo es poco.

21.- Atención a Marcelo partiéndose de risa tras decirle Ramos que se le ha caido de Copa. Vaya truhán. Quisieron demonizarlo, pero que gran tipo.

22.- A uno se le olvida como tratar a una dama en cuanto lleva 2 años sin catar #copacidio. No hay mujeres frígidas sino hombres inexpertos.

23.- No se bien que postura es esa de poner a la chica encima de la cabeza. Este se sabe el Kamasutra de pe a pa. Sergio Ramos amante bizarro.

24.- Lo ha dicho el joyero: Si a tu chica la atropella un bús yo te procuro otra. Dios las hizo tan guapas a todas para no tener que memorizarlas.

25.- Y si encima en la era Mourinho empezamos a ganar las copas de dos en dos, a ver quien nos pilla #copacidio.

26.- Quizá en vez de #copacidio fuese suicidio. ¿Había carta al juez? Toda una vida esperando a Raúl para que la plante en el altar de Cibeles.

27.- Con la de ayer son 18 las Copas de España del Real Madrid. Hemos alcanzado también la mayoría de edad en este torneo. Que vote Mou.

28.- Más perenne que el bronce, más inmortal que el tiempo, la victoria trabajada, lograda a contra corriente, remontando el río de la Historia.

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